jueves, 10 de abril de 2008

Yo también

Yo también estoy nerviosillo, aunque no lo diga.

Nerviosillo porque quieres que todo salga perfecto, que sean tres días que ocupen veinte en la memoria, que no haya un solo momento de aburrimiento, ni un segundo de descanso, ni un atisbo de mal rollo por leve que sea.

Nerviosillo porque quieres hacer en tres días lo que no has podido hacer durante quince. Compartirlo, contarlo, escucharlo, tocarlo, tenerlo todo. Ver en persona cómo dices las cosas en lugar de escucharlas pegando el oído a un cacharro de plástico. Poder interrumpirte sin necesidad de abrir la boca. Saber qué piensas sin tener que preguntar. Que experimentes lo que hago y no lo que te digo que hago.

Y nerviosillo porque tengo que afeitarme antes de las nueve menos cuarto, ya sabes. Y tendré unos mínimos nervios de esos que tienes siempre que vas a buscar o esperar a alguien en estación, aeropuerto o cafetería. Es imposible no mirar a todos lados, a todas las caras, para ser tú quien ve primero al otro.

En fin, apuraré mi café, me concentraré en lo poco que queda de curro y me quitaré los "nerviecillos" de golpe luego.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Sabes lo bueno que tienen los blogs? que nos permiten imaginar e imaginar las situaciones que no conocemos, las personas a las que no le ponemos caras y los acontecimientos que apenas nos reseñan de su vida.
vamos, lo que me pasa ahora mismo a mí:-)

L o L i T a dijo...

...seguro que fué ella la que te encontro con la mirada entre tanta gente. Y esa primera sonrisa la que lleno todo el tiempo juntos. Hasta la sensación de "echar de menos" merece la pena cuando vives contando los días para volver a verla/o.

Bonito post ;)