jueves, 17 de abril de 2008

Viaje en el tiempo

Su teléfono móvil sonaba, y después de ver el nombre de la persona que llamaba y darle al botoncito verde dijo, con el oído pegado al Nokia y una sonrisa de oreja a oreja: "No me lo puedo creer..."

A esa primera frase siguió una charla de casi una hora de duración con un fantasma vivo, que le propuso cosas para el futuro y le recordó el color y el sabor de muchas pinceladas de pasado. Le contaron de otros fantasmas vivos, y tras emplazarse para verse pronto, volvió flotando lentamente hasta el presente, dejándose llevar. Como un Robinson Crusoe tras ser rescatado, tenía ganas de contarle a todo el mundo su experiencia, de compartir la aparición del fantasma.

A veces, pensó, merece la pena haber dejado escurrir entre los dedos a las personas, sólo por tener la oportunidad de recuperarlas y reencontrarlas. El por qué lo hacemos, le parecía un misterio con mil justificaciones. Pero siempre le asombraba la facilidad que tenemos las personas de hacer un viaje astral con dos frases, para recorrer en un vuelo instantáneo kilómetros y años y recuperar nuestro asiento en el pasado.

Entre fantasmas, como si nada hubiera ocurrido.

Esos lazos invisibles, pensó, son independientes del tiempo y del espacio, siguen ahí esperando a ser recuperados, con su fantasma correspondiente al otro lado del hilo.

No todos, claro. Sólo los de verdad.

3 comentarios:

L o L i T a dijo...

Ahí es donde te redimes de haberte despistado de algunas amistades, haces examen de las veces que te has quejado de haber perdido el contacto y...te da el subidon de poder ponerle remedio unos cuantos años despues ;)

Si es el caso disfrutalo. Muá!

Mara Islandia dijo...

:)

¿Me has leído el pensamiento y has escrito esto, verdad?

Es bonita esa sensación. Personalmente, me da miedo.

Ramón de Mielina dijo...

Mis reencuentros se dan cada 10 años... Hace falta que pasen ¡¡10 años!! para que me reencuentre con determinadas personas... Así, hace dos años me reencontré con un amigo australiano que estuvo en mi casa y ahora acabo de reencontrarme con alguien con quien perdí el contacto mucho antes de la época de los mails y los messengers.

Hace ilusion. Mucha