jueves, 18 de septiembre de 2008

Acción

(Esto me pasa por escribir un alegato del bostezo el otro día, claramente. El karma, la ironía del destino o la dichosa ley de Murphy se ríen de mí.)

Es curioso cómo las personas sabemos complicar las cosas aparentemente sencillas, especialmente en entorno laboral. Se trata de cerrar un curso de formación en Barcelona, que impartiremos este vuestro humilde anfitrión y un agradable hombre belga de nombre Yves , que evidentemente tiene que venir de Bélgica. El lunes. Mis interlocutores en Barcelona: un italiano y un inglés.

El objetivo: dejar todo atado para que el Lunes cuando vayamos, las cosas funcionen y podamos darles su curso práctico (en el argot, hands on training) en lugar de aburrirles con infumables horas mirando un proyector con contenido teórico. El proceso hasta lograr todo esto: un auténtico, genuino, esperado y temido coñazo.

Si es que la cosa ya empieza de chiste: van un belga, un inglés, un italiano y un español... Ahora que lo pienso hay otro actor involucrado, un holandés que firma los mails con C. apellido con lo que cuando le contesto no sé cómo refererime a él, y cuya función es activar todo en remoto. Así que llevo un semana de: cruce de mails, esperar respuestas, llamadas, se lo pregunto a éste, reenvíos de correos con "mira a ver si te puedes encargar de esto tú" delante de tu texto, balones fuera con "No, si eso ya lo sabe XXXX, habla con él", confirmación de la confirmación de la preconfirmación de fechas, horarios, aviones, hoteles, aves, documentación, pollo con patatas. Esa última era para ver si seguías atento. ;)

Básicamente hay mil cosas en el aire aún, con un solo día laboral disponible (que encima es Viernes), una boda de mi hermano en Albacete de por medio, la vuelta a Madrid y volar a Barcelona a horas intempestivas, dormir en algún hotel encontrado por Internet, hablar inglés y español durante dos o tres días, volver siendo yo, y habiendo dejado al italiano e inglés contentos (más lo que me encuentre allí que no conozco aún). Respiremos, es imposible tenerlo todo atado de antemano. Y qué fácil es tenerlo todo desatado en cambio.

Hay semanas que parecen años en las que no ocurre nada, y hay momentos en los que se comprime el tiempo para hacer, o al menos intentar hacer, mil cosas a la vez. Digo yo que los sucesos interesantes podían estar repartidos todo el año, no apelotonados en cinco días, como una camada de gatitos que aún no han abierto los ojos.

Maldito Murphy.

7 comentarios:

Ramón de Mielina dijo...

Siempre pasa... :-) ¿Curso de qué?

Charlie dijo...

Ramón eres raudo como el rayo, tanto andar con gatos te ha pegado algo... :)

O trabajas en Google o tienes una ventanita abierta permanentemente, jejeje.

El curso es... pfff... es formación sobre una solución de Call Center. Esto es, la gente a la que vemos tiene operadores de las que te llaman vendiendote la moto, y todo eso se gestiona con herramientas como la q le vamos a explicar (e instalar). Pero a mí no me echéis la culpa si os llaman ofreciendo tarjetas de AMEX a las once de la noche un día de estos. ;)

Debster dijo...

Quien inventó esa ley? que se manifieste! :D
Yo estoy con Ramón siempre pasa... así que ánimo y siempre da tiempo a todo, sin agobios ;)

ALMAGRISS dijo...

Jejeje, esto te pasa por quejarte... ala ala, a currar como un negro (perdón, hombre de color)... me encanta cuando alguien está más jodido que yo ;-) jajaja

hadanae dijo...

a mi me agobia más cuando la tostada cae por el lado de la mantequilla.

Toda esa concentración de actividad al final será divertida, seguro. Sobre todo la parte de lo que no sabes que va a pasar.

Ramón de Mielina dijo...

Bueno... a veces no da tiempo a todo pero no se cae el mundo... De hecho me sorprende cada vez que no me da tiempo a hacer algo y el mundo sigue su curso normal!! :-)

Ramón de Mielina dijo...

Sííííí... Soy rápido... O me aburro mucho en el trabajo! :-) jaja