miércoles, 16 de julio de 2008

Add me

Antiguamente para saber de una persona uno se tomaba la molestia de llamarle, hablar con ella y quizá quedar para tomar algo o ir a algún sitio. Las relaciones se fraguaban mirándote a los ojos, viendo los gestos de la persona, escuchando la voz. Ni siquiera hacía falta un plan demasiado ambicioso: cuántos bancos de madera con pintadas se han convertido en depósito de historias y cáscaras de pipa, cuántas conversaciones importantes se han tenido delante de un café irremediablemente malo (o infame y letal que diría alguna) , cuántas confesiones lacrimosas hemos oído deslizarse entre las risas y los vapores del alcohol. No nos hacía falta tener doscientos amigos en una lista, ni saber lo que hacían en cada momento, ni hacer "una perdida" para que bajasen de su casa. Con los cercanos nos bastaba, que para eso eran los cercanos.

Ahora en cambio parece que tener tropecientos añadidos es señal de popularidad o de estar bien rodeado. Recibir mails con infumables mensajes reenviados de la amistad de diez personas, señal de que te quieren. Encontrar a ese chaval del colegio que has estado evitando sistemáticamente cuando lo encontrabas por la calle y cruzarte dos mensajes en el facebook, el súmum de la amistad. A la gente a la que no quieres ver porque no te da la gana, le mandas un mail de vez en cuando porque se cree que con eso basta.

Todos tenemos docenas de amigos, pero cuando intentas quedar con muchos de ellos, siempre están ocupados, tienen otros planes, vieron el mail tarde. Y al final se da la rara paradoja de que estando solo delante del ordenador tienes cientos de amigos, y cuando te levantas para juntarte con ellos tienes muchos menos. Con la excepción de los que viven lejos, los ciberamigos exigen muy poco y dan bastante poco también a cambio. Es fácil tener ciberamigos, y cada más difícil tener amigos de carne y hueso. Además, a título personal, me revienta leer con faltas de ortografía o con prosa estilo SMS.

Me he cansado de las "redes sociales" (palabro del año) antes de utilizarlas siquiera. Paso de mi cuenta en MySpace, no pienso abrir Facebook, ni Tuenti, ni gaitas. El que quiera saber de mí que me llame. Que ya veré yo si se lo cojo o no.

4 comentarios:

Ramón de Mielina dijo...

Con los amigos cercanos el contacto sigue siendo el mismo, lo que pasa que hay mucho solitario marginado que necesita de Internet y las "Redes sociales" para sentirse querido y popular, aunque en realidad no sea así. De cualquier manera, las "Redes sociales" son un negocio y una buena herramienta de marketing, por eso ha nacido.

La parte buena es que, cada vez más, nuestros amigos, incluso los cercanos no viven en nuestra misma ciudad. Es habitual tener amigos en diferentes ciudades e incluso países. E Internet ayuda.

Mara Islandia dijo...

Te haces viejo, Charlie. Este post es la evolución del típico comentario que empieza con un "En mi época..." jajajajaja

Pero tienes razón, yo tampoco soy muy dada a tener ciber-espacios enfocados a la relación interpersonal, sólo tengo el blog y un humilde fotolog para dar rienda suelta a mis "bohemiadas". En el fotolog suelen firmarme sólo mis amigos, conocidos físicamente y de carne y hueso, amigos de verdad. El único sitio en el que me "hablo" con gente más o menos desconocida es por aquí, y tampoco me disgusta, se leen comentarios interesantes, aunque ya sé que no les voy a contar mis penas igual que a la amiga con la que quedo a diario para tomar café infame o letal, por ejemplo.

Es un sucedáneo de relación de amistad (o lo que surja, como dicen algunos), pero se conoce a gente maja, ¿verdad?

:)

Anónimo dijo...

jo,
danos un poco de tregua a los que somos digitales por obligación...

:-)

hadanae dijo...

qué razón tienes. Yo también me niego al myspace, al tuenti (aunque yo debería apuntarme al zerti) y todo lo análogo... Esto del blog es lo único que me ha gustado de todo eso.

Yo siempre he dicho que está bien tener amigos de todo tipo, tanto cibernéticos como de dos besos en la cara. Y para estos últimos no hay perdón. El mejor regalo que te puede hacer un amigo es darte su tiempo.